Entre 200 y 300 personas se reunieron ayer en la explanada municipal, en un acto “clasista y combativo” de apoyo al conflicto que lleva adelante ADEOM y en contra del gobierno nacional, departamental y la dirigencia del PIT-CNT. Todos criticaron el decreto que prohíbe las ocupaciones en las oficinas públicas, el de esencialidad “basado en una ley del pachecato” y la salida de las Fuerzas Armadas a la calle a recoger la basura en el marco del conflicto de ADEOM, cuadro que caracterizan como un operativo para “quebrar al movimiento obrero”, contra lo cual es necesaria “la adeomización de los sindicatos”.
Confluyeron bajo el himno “La Internacional” dirigentes de Asamblea Popular, el Partido de los Trabajadores, el Partido Comunista Revolucionario, la Plenaria Memoria y Justicia y los sindicatos del taxi (SUATT), de UTU (AFUTU), de los funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR), de Secundaria (ADES), de funcionarios de OSE (FFOSE), de los frigoríficos de Canelones, del CASMU, listas de los sindicatos de los bancarios y ANCAP y los centros de estudiantes del IPA y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.El local Álvaro Soto, presidente de ADEOM, alertó con que luego del llamado a las Fuerzas Armadas “no sabemos para qué las pueden llamar mañana”, y aseguró que los municipales vieron “la avant première de lo que nos toca en un gobierno progresista”.
Uno de los discursos más duros fue el de Juan Acevedo, del SUATT, quien aseguró que lo que ha pasado en los últimos días “no es más que el mayor atropello contra la clase obrera organizada en los últimos años, un verdadero complot, un operativo político encabezado por el gobierno”, que busca establecer una “política represiva” para “amilanar y aterrorizar a los trabajadores y el pueblo en su justo reclamo”. Acevedo también se dirigió al Secretariado Ejecutivo de la central obrera, al que acusó de “burocracia cómplice y alcahueta” cuyos integrantes como “mediadores” van “arrastrándose como babosas para que los trabajadores se bajen los pantalones y se resignen a las migajas que les proponen sus patrones”.
También el dirigente de la lista 810 de AEBU, Rafael Fernández, mandó “al carajo a los entreguistas que nos aíslan desde la dirección del PIT-CNT”, llamó a votar en la Mesa Representativa del próximo lunes un paro general y deseó “que se vayan al carajo los coordinadores que no representan a los sindicatos en lucha”. Todos los oradores llamaron a la acción conjunta. Acevedo concluyó que en el estado de situación que describen “no queda más camino que la confrontación”.
Hoy nos vemos
Antes del acto, cerca de cien trabajadores municipales concurrieron a la Junta Departamental a reclamar a las bancadas de ediles de todos los partidos que se conforme un ámbito de negociación. Hoy los dirigentes de ADEOM se encontrarán nuevamente con las autoridades municipales, reunión en la que plantearán que se retiren las sanciones a los funcionarios que desacataron la esencialidad. Olivera ya ratificó que estas se aplicarán, y los municipales, por su parte, reafirmaron que si eso se concreta ocuparán los lugares de trabajo. Ayer, luego de la junta estaba prevista una marcha hacia el Palacio Municipal, pero por la poca gente que se movilizó se suspendió.Parenlá
La corriente sindical Articulación emitió ayer una declaración de rechazo a las críticas contra los coordinadores del PIT-CNT que surgieron en la asamblea de ADEOM y la censura que votó la asamblea de AEBU contra los dirigentes de dicho sindicato, Gustavo Pérez y Fernando Gambera. “A veces cuando faltan ideas es que empiezan a sobrar los adjetivos”, dice la nota, que llama a reflexionar sobre “los daños que se están ejerciendo sobre la principal herramienta que hemos construido los trabajadores”, en referencia a la unidad sindical.Arriba los que Luchan
No Parán de Demostrar Fracturas Internas
En declaraciones al semanario Crónicas, el secretario nacional de unión política del Partido Comunista, Daniel Marsiglia, se mostró preocupado por la marcha del gobierno, y por cómo no se están cumpliendo algunos de los puntos programáticos aprobados por el Congreso del Frente Amplio, y que integraban la plataforma electoral.
"No es un problema de desilusión, pero planteamos que hay cuestiones centrales, que entre todos se elaboraron en la interna del Frente Amplio y esperamos que tengan expresión concreta en determinadas políticas". Como ejemplo, citó que en nuestro país lo que más creció en los últimos años fue el sector agroexportador, y se preguntó "cuánto de eso se ha volcado a la sociedad en su conjunto".
Marsiglia subrayó que, además, se entregó al presidente José Mujica una carpeta con las propuestas del PCU, y sin embargo, no obtuvieron respuestas. Sobre la reforma del Estado, que se discute a estas horas en el Parlamento, opinó que los comunistas "marchamos", porque "no hay una transformación democrática del Estado como dice el FA se debe realizar, sino que todos están referidos a la relación de los funcionarios públicos".
Finalmente, opinó que hay "muchos que nos quieren echar del FA, e incluso reciben colaboración de los medios de prensa en la tarea con un ataque furibundo", pero agregó que, para el PCU, "sería loco o demencial" plantear abandonar la fuerza política.
Fuente: Montevideo Portal
Le pegan de zurda
Economistas de izquierda críticos del gobierno fustigan la “desacreditación” de sus reclamos.
Duros y mediáticos cuestionamientos son los que recibe frecuentemente el Frente Amplio desde los partidos tradicionales, pero quizá más duras, aunque mucho menos conocidas, sean las opiniones que surgen desde la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (REDIU), que acusa al gobierno de haber vaciado “su mochila ideológica” para cargarla “con ideas del modelo capitalista”. Se quejan por la “encriptación” de sus críticas, desacreditándolas y negándose al debate. “Muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] si los invitan a un evento en donde hay miembros de la red, no van”, lamentaron.
“Muchos que cantan fuerte los versos de la izquierda están a la derecha en la vida real”, entonaba la murga Falta y Resto en su espectáculo Anarquía, del Carnaval 2007, y esa acusación realizada bajo la protección del dios Momo parece hacerse eco en el nuevo libro de la REDIU, titulado La torta y las migajas. La publicación califica severamente la gestión del Frente Amplio, tanto la administración de Tabaré Vázquez como los primeros indicios mostrados por su sucesor, José Mujica.
La presentación del libro, que se llevó a cabo el martes en la Facultad de Bellas Artes, estuvo a cargo de dos miembros de la REDIU, Gustavo Melazzi y Antonio Elías, el prorrector de Extensión de la Universidad de la República, Humberto Tomassino, y el decano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico. En conversación con la diaria, Elías sostuvo que con este trabajo buscan “el debate, la lucha de ideas” y destacó que “aporta información y una interpretación de la realidad para que el pueblo, los trabajadores, puedan discutir”.
Se trata de un libro “pequeño”, de 134 páginas, que pretende ser accesible y de fácil lectura. Consta de dos partes, una de las cuales contiene un enfoque colectivo a cargo de los integrantes de la red, y otra con visiones individuales con la mira puesta en la etapa actual de desarrollo del país y la región.
El economista fue más allá y aseguró que “hay muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] que si los invitan a un evento donde hay miembros de la red, no van”. “Es como si contagiáramos, pero nosotros no contagiamos, debatimos ideas”, añadió. En el mismo sentido, Melazzi criticó “el rechazo al debate, el encriptamiento”, y fundamentalmente lamentó que “hoy se dice cualquier cosa con total liviandad y sin buscar fundamentos. Hay un enorme empobrecimiento de las ideas”. Pero los miembros de la REDIU no fueron los únicos que hicieron la misma interpretación. Tanto Tomassino como Rico vertieron conceptos similares cuando les tocó el turno de hablar. El primero subrayó que el libro es “una obra del conocimiento que representa un ataque al pensamiento único, a los discursos unificados y excluyentes de la economía”, y que por eso mismo “corre el riesgo de estar encriptado”. “Creo que antes el pensamiento de izquierda era más libre para decir lo que se pensaba”, sostuvo.
Por su parte, Rico compartió que se trata de un aporte “muy crítico de un gobierno de izquierda”, lo cual determina que “en un país de buenos modales y donde hay críticas que no dicen nada, está descolocado”.
El libro se centra en una idea clave, según explicó Elías: “El gobierno ‘progresista’ realizó una profundización del modelo capitalista”. Graficó que desde su creación, en 1971, el Frente Amplio recorrió “un largo camino de implosión ideológica” y que “cuando llegó al gobierno lo hizo con la mochila vacía”, la cual fue llenando “con ideas del modelo capitalista”.
Como ejemplo mencionó que 87% del IRPF lo pagan los trabajadores y sólo 13% recae sobre el capital, y que los inversores que llegan al país “no pagan impuestos”. “Mucha gente mira para un costado y dice ‘acá no pasa nada’, pero sí pasa. El proyecto económico de la izquierda era otro”, sostuvo. Afirmó que las políticas no redundaron en beneficios para los trabajadores, porque si bien se recuperó el salario real a niveles de 2000, en términos relativos, al comparar con el PIB, “estamos muy lejos”. Elías también se refirió al proyecto de asociaciones público-privadas, recordando que “no es un planteo ‘progresista’, es un planteo del Banco Mundial, es un planteo del capital”.
En otro orden, Melazzi arremetió contra el doble discurso que a su entender hay en el oficialismo, que “ahora festeja que las calificadoras de riesgo [...] nos pongan buena nota”. Sostuvo que el crecimiento del país ha sido excepcional, sobre la base de los precios internacionales y el arribo de capitales extranjeros. “El éxito no es tal, porque toda América Latina pasa por lo mismo [...] la locomotora está fuera del país”, remarcó. Debido a ello se registró un “enriquecimiento escandaloso de los terratenientes” que entre 2003 y 2009 aumentaron su riqueza en tierras en 30.790 millones de dólares (sin incluir rentas ni ganancias de explotación). “El segundo escándalo es cuánto pagaron de impuestos: el 1,2% de esa cifra, y además el impuesto al patrimonio va a ser progresivamente eliminado”, agregó.
Negó que la educación o la salud hayan sido áreas prioritarias, calificó como “políticas paliativas” a las desarrolladas por el Ministerio de Desarrollo Social y cuestionó que no haya “políticas de empleo ni políticas industriales”. A modo de resumen, definió que en los últimos cinco años Uruguay “consolidó su dependentismo. Es la legitimación del capitalismo y de que el mercado es el que toma las decisiones”.
Fuente: La Diaria
La presentación del libro, que se llevó a cabo el martes en la Facultad de Bellas Artes, estuvo a cargo de dos miembros de la REDIU, Gustavo Melazzi y Antonio Elías, el prorrector de Extensión de la Universidad de la República, Humberto Tomassino, y el decano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico. En conversación con la diaria, Elías sostuvo que con este trabajo buscan “el debate, la lucha de ideas” y destacó que “aporta información y una interpretación de la realidad para que el pueblo, los trabajadores, puedan discutir”.
Se trata de un libro “pequeño”, de 134 páginas, que pretende ser accesible y de fácil lectura. Consta de dos partes, una de las cuales contiene un enfoque colectivo a cargo de los integrantes de la red, y otra con visiones individuales con la mira puesta en la etapa actual de desarrollo del país y la región.
Cero a la izquierda
En Bellas Artes, Melazzi y Elías se refirieron a la “encriptación” del discurso crítico proveniente de la REDIU y a la “negación determinante al debate”. Interpretaron que la forma de rechazar las críticas no es la prohibición sino “la desacreditación total”. Elías consideró que no se trata de un ninguneo desde el oficialismo sino de “temor”. “Si yo tengo las cosas claras y soy sólido, las puedo defender y debatir; ahora, cuando tengo puntos muy débiles lo que tengo que hacer es anular el debate y la voz que me marca que el rey está desnudo”, señaló.El economista fue más allá y aseguró que “hay muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] que si los invitan a un evento donde hay miembros de la red, no van”. “Es como si contagiáramos, pero nosotros no contagiamos, debatimos ideas”, añadió. En el mismo sentido, Melazzi criticó “el rechazo al debate, el encriptamiento”, y fundamentalmente lamentó que “hoy se dice cualquier cosa con total liviandad y sin buscar fundamentos. Hay un enorme empobrecimiento de las ideas”. Pero los miembros de la REDIU no fueron los únicos que hicieron la misma interpretación. Tanto Tomassino como Rico vertieron conceptos similares cuando les tocó el turno de hablar. El primero subrayó que el libro es “una obra del conocimiento que representa un ataque al pensamiento único, a los discursos unificados y excluyentes de la economía”, y que por eso mismo “corre el riesgo de estar encriptado”. “Creo que antes el pensamiento de izquierda era más libre para decir lo que se pensaba”, sostuvo.
Por su parte, Rico compartió que se trata de un aporte “muy crítico de un gobierno de izquierda”, lo cual determina que “en un país de buenos modales y donde hay críticas que no dicen nada, está descolocado”.
Palos a diestra y siniestra
Muchas de las observaciones que se le hacen al gobierno en el libro coinciden con las que se le hacen desde los partidos tradicionales, pero con enfoques y valoraciones opuestas. Así, por ejemplo, en materia presupuestal, desde la oposición se le marca la “falta de prudencia” por lo que entiende que es un excesivo gasto público, mientras que la REDIU opina que la distribución presupuestal debió ser mayor y enfocada en los sectores más desfavorecidos como forma de garantizar un mejor “reparto de la torta”.El libro se centra en una idea clave, según explicó Elías: “El gobierno ‘progresista’ realizó una profundización del modelo capitalista”. Graficó que desde su creación, en 1971, el Frente Amplio recorrió “un largo camino de implosión ideológica” y que “cuando llegó al gobierno lo hizo con la mochila vacía”, la cual fue llenando “con ideas del modelo capitalista”.
Como ejemplo mencionó que 87% del IRPF lo pagan los trabajadores y sólo 13% recae sobre el capital, y que los inversores que llegan al país “no pagan impuestos”. “Mucha gente mira para un costado y dice ‘acá no pasa nada’, pero sí pasa. El proyecto económico de la izquierda era otro”, sostuvo. Afirmó que las políticas no redundaron en beneficios para los trabajadores, porque si bien se recuperó el salario real a niveles de 2000, en términos relativos, al comparar con el PIB, “estamos muy lejos”. Elías también se refirió al proyecto de asociaciones público-privadas, recordando que “no es un planteo ‘progresista’, es un planteo del Banco Mundial, es un planteo del capital”.
En otro orden, Melazzi arremetió contra el doble discurso que a su entender hay en el oficialismo, que “ahora festeja que las calificadoras de riesgo [...] nos pongan buena nota”. Sostuvo que el crecimiento del país ha sido excepcional, sobre la base de los precios internacionales y el arribo de capitales extranjeros. “El éxito no es tal, porque toda América Latina pasa por lo mismo [...] la locomotora está fuera del país”, remarcó. Debido a ello se registró un “enriquecimiento escandaloso de los terratenientes” que entre 2003 y 2009 aumentaron su riqueza en tierras en 30.790 millones de dólares (sin incluir rentas ni ganancias de explotación). “El segundo escándalo es cuánto pagaron de impuestos: el 1,2% de esa cifra, y además el impuesto al patrimonio va a ser progresivamente eliminado”, agregó.
Negó que la educación o la salud hayan sido áreas prioritarias, calificó como “políticas paliativas” a las desarrolladas por el Ministerio de Desarrollo Social y cuestionó que no haya “políticas de empleo ni políticas industriales”. A modo de resumen, definió que en los últimos cinco años Uruguay “consolidó su dependentismo. Es la legitimación del capitalismo y de que el mercado es el que toma las decisiones”.
Fuente: La Diaria