En noviembre de 2010 fue condenado a 30 años de prisión por los delitos de atentado contra la Constitución, nueve delitos de desaparición forzada y dos homicidios especialmente agravados.
Poco tiempo después de ser enviado a la cárcel, Bordaberry tuvo un problema respiratorio por lo que la Justicia decidió autorizar su prisión domiciliaria, la cual cumplió hasta el momento de su muerte.
PERFIL. De origen blanco ruralista, convertido a colorado, llegó a la Presidencia de la República en 1971 gracias a que fracasó el intento reeleccionista de Jorge Pacheco Areco. Nunca se llevó bien con los partidos políticos, al punto que llegó a proponer un sistema de gobierno sin ellos.
Encabezó el golpe de Estado cívico-militar de 1973, pero su gestión estuvo siempre tutelada por las Fuerzas Armadas, al punto que cuando dejó de ser útil fue destituido en 1976 y sustituído por Alberto Demicheli, por entonces presidente del Consejo de Estado.
Su soledad en el poder quedó patente en febrero de 1973, cuando los militares resistieron la designación del general retirado Antonio Francese como ministro de Defensa. Bordaberry convocó a los partidos políticos a defender la democracia, pero no tuvo eco.
Dictamen de la fiscal
Cuando pidió el procesamiento, la fiscal Mirtha Guianze en mayo de 2005, argumentó que las pruebas contra Blanco eran "contundentes" en cuanto a su responsabilidad en los secuestros de los ex legisladores. En el caso de Bordaberry entendió que hubo una coautoría porque facilitó todos los medios para que se concretaran las acciones. Las pruebas recabadas en el expediente comprenden documentación aportada por la justicia argentina, así como documentos desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos y la CIA que dan cuenta de diversas acciones de coordinación entre las dictaduras de la región en el marco del Plan Cóndor. Agregó que por los cargos que ocupaban "no pudieron desconocer lo que estaba sucediendo en el país, y la envergadura del Plan Cóndor".
Mojones de la causa
Pedido de la fiscal
17 de mayo de 2005
La fiscal Mirtha Guianze pidió el procesamiento de Juan María Bordaberry y Juan Carlos Blanco por cuatro delitos de homicidio muy especialmente agravado. En el expediente se incluyeron documentos desclasificados en Argentina.
Denuncia archivada
16 de setiembre de 2005
El juez RobertoTimbal archivó la denuncia, al argumentar que el delito estaba prescrito. No suscribió la teoría fiscal de que los años de la dictadura no debían computarse porque no estaban dadas las garantías en la justicia.
Guianze apela
19 de setiembre de 2005
La magistrada señaló que el juez "varió de criterio", puesto que el tema de la prescripción fue planteado al inicio de la investigación y que el juez Timbal ordenó proseguir la instrucción y el diligenciamiento de las pruebas.
Juez ratifica
30 de diciembre de 2005
El juez confirmó su decisión de no procesar a Bordaberry y Blanco. El magistrado envió el expediente al Tribunal de Apelaciones de Segundo Turno para que se expida sobre el planteo de la fiscal Guianze.
Ganó la fiscal
29 de marzo de 2006
Los ministros del Tribunal, Alfredo Gómez Tedeschi, William Corujo y José Balcaldi, dieron la razón a la fiscal y consideraron que el período de la dictadura no debía ser computado, pues no "regían las garantías de los derechos individuales".
Tensión en la TV
4 de octubre de 2006
Rafael Michelini y Pedro Bordaberry protagonizaron un tenso debate en Zona Urbana. Ambos se acusaron mutuamente de mentir. Bordaberry difundió una grabación donde Michelini atenuaba la responsabilidad de su padre.
Fuente: El País Digital
Minutos antes de la llegada del cortejo fúnebre, en la ruta 102, kilómetro 24, llegaron quince hombres y mujeres. Son militantes del grupo de izquierda radical Plenario Memoria y Justicia. Llegan con altavoces y música para mirar el pasaje del féretro donde va el cuerpo de un símbolo de los años trágicos del Uruguay.
La actitud es una muestra del odio que todavía subyace en una parte de la sociedad uruguaya por el pasado reciente.
Juan María Bordaberry Arocena, de 83 años, murió a las 5.30 de este domingo, a horas de que se conmemore una fecha clave de la historia del país y que tanto tuvo que ver con su vida pública: la Jura de la Constitución de 1825. A las 17.30 horas de este domingo será el sepelio.
Descendiente de una prominente familia de ganaderos, adhirió al Partido Nacional en los años 50. Fue senador en 1962 por los blancos en su calidad de herrerista y seguidor del líder ruralista Benito Nardone. Luego pasó a militar en la llamada Liga Federal, que amparaba los intereses de los terratenientes. A fines de los 60 se acercó al Partido Colorado y Jorge Pacheco Areco, por entonces presidente de la República, lo eligió primer ministro de Ganadería y luego como eventual sucesor de su gestión de cara a las elecciones presidenciales de 1971.
El noviembre de ese año fue ungido presidente de la República por un complejo plebiscitario que procuraba la reelección de Pacheco Areco y, de no alcanzarse los votos, sumaba votos y dejaba el camino libre a Bordaberry para ejercer la primera magistratura. El caudillo nacionalista, Wilson Ferreira Aldunate, enemigo tradicional de Bordaberry, acusó al Partido Colorado de graguare resultado electoral.
Con su clásico humor ácido, Ferrreira Aldunate intentó pintar de cuerpo entero la personalidad de Bordaberry: "Yo soy vasco y Bordaberry también. El vasco tiene un defecto- virtud: no hace nada a medias. Cuando es inteligente, nace Unamuno. Y cuando sale burro, sale Bordaberry", dijo sobre su ex compañero de partido.
Sin perjuicio de ello, Bordaberry consiguió su objetivo de ser presidente.Su primer año de gestión coincidió con la formación de las Fuerzas Cojuntas y la liquidación de la guerrilla tupamara en menos de seis meses.
Para entonces, los militares estaban en todos los estatemtnos del Estado, habían formado en Consejo de Seguridad Nacional, e intervenían hasta en el manejo del comercio exterior.
Rodeado, encabezó el golpe de Estado cívico-militar de 1973, pero su gestión estuvo siempre tutelada por las Fuerzas Armadas, que habían ganado terreno durante la lucha anti-subversión durante el año 1972.
Su soledad en el poder quedó patente en febrero de 1973, cuando los militares resistieron la designación del general retirado Antonio Francese como ministro de Defensa.
Bordaberry convocó a los partidos políticos a defender la democracia, pero no tuvo eco.
Ante la indiferencia ciudadana a su llamado de "defender las instituciones" y el abandono de su defensa por parte de la Armada, Bordaberry terminó cediendo y pactando con las
Descendiente de una prominente familia de ganaderos, adhirió al Partido Nacional en los años 50. Fue senador en 1962 por los blancos en su calidad de herrerista y seguidor del líder ruralista Benito Nardone. Luego pasó a militar en la llamada Liga Federal, que amparaba los intereses de los terratenientes. A fines de los 60 se acercó al Partido Colorado y Jorge Pacheco Areco, por entonces presidente de la República, lo eligió primer ministro de Ganadería y luego como eventual sucesor de su gestión de cara a las elecciones presidenciales de 1971.
El noviembre de ese año fue ungido presidente de la República por un complejo plebiscitario que procuraba la reelección de Pacheco Areco y, de no alcanzarse los votos, sumaba votos y dejaba el camino libre a Bordaberry para ejercer la primera magistratura. El caudillo nacionalista, Wilson Ferreira Aldunate, enemigo tradicional de Bordaberry, acusó al Partido Colorado de graguare resultado electoral.
Con su clásico humor ácido, Ferrreira Aldunate intentó pintar de cuerpo entero la personalidad de Bordaberry: "Yo soy vasco y Bordaberry también. El vasco tiene un defecto- virtud: no hace nada a medias. Cuando es inteligente, nace Unamuno. Y cuando sale burro, sale Bordaberry", dijo sobre su ex compañero de partido.
Sin perjuicio de ello, Bordaberry consiguió su objetivo de ser presidente.Su primer año de gestión coincidió con la formación de las Fuerzas Cojuntas y la liquidación de la guerrilla tupamara en menos de seis meses.
Para entonces, los militares estaban en todos los estatemtnos del Estado, habían formado en Consejo de Seguridad Nacional, e intervenían hasta en el manejo del comercio exterior.
Rodeado, encabezó el golpe de Estado cívico-militar de 1973, pero su gestión estuvo siempre tutelada por las Fuerzas Armadas, que habían ganado terreno durante la lucha anti-subversión durante el año 1972.
Su soledad en el poder quedó patente en febrero de 1973, cuando los militares resistieron la designación del general retirado Antonio Francese como ministro de Defensa.
Bordaberry convocó a los partidos políticos a defender la democracia, pero no tuvo eco.
Ante la indiferencia ciudadana a su llamado de "defender las instituciones" y el abandono de su defensa por parte de la Armada, Bordaberry terminó cediendo y pactando con las
Fuerzas Armadas el 12 de febrero en el llamado Acuerdo de Boiso Lanza, en lo que, para algunos, fue el prólogo del quiebre institucional que vendría el 27 de junio.
Bordaberry finalmente aceptó presidir el golpe de estado, Disolvió el Parlamento —al que sustituyó por un Consejo de Estado designado por el poder ejecutivo—, las organizaciones sociales, los partidos políticos y suprimió las libertades civiles.
Los militares comenzaron entonces a ocupar cargos de responsabilidad en el gobierno en lo que se denominó el "proceso cívico militar".
Cuando todo se encaminaba a un largo período de dictadura, Bordaberry redobló la apuesta. Aesorado por Álvaro Pacheco Seré, un influyente colaborador, propuso a los militares imponer un nuevo sistema constitucional d corte falangista, eliminando definitivamente los partidos políticos. Se crearían organismos cuyos miembros serían elegidos por un Consejo de Estado no electivo.
Los militares consideraron que la propuesta de eliminar los partidos políticos era muy arriesgada por lo que, el 12 de junio la Junta de Generales decidió destituir a Bordaberry y designar para reemplazarlo a Alberto Demicheli, quien entonces ocupaba la presidencia del Consejo de Estado.
El 16 de junio las Fuerzas Armadas dieron a conocer sus "discrepancias" con el "radical" Bordaberry mediante un comunicado:
"(...) Esas discrepancias se materializan:
En que el presidente de la República no acepta el futuro funcionamiento de los partidos políticos tradicionales. Entiende que éstos no tienen cabida en el Uruguay del futuro. Propone en substitución de la vigencia de ellos, la promoción y desarrollo de corrientes de opinión que en definitiva vendrían a ocupar el vacío dejado por aquéllos.
En cambio, las FF. AA. no quieren compartir el compromiso, la responsabilidad histórica, de suprimir los Partidos Políticos Tradicionales.
El Presidente de la República no acepta el pronunciamiento popular a través del voto, porque considera que esa práctica en las democracias actuales es algo superado, argumentando que el voto solamente se debe requerir a los ciudadanos a través del referéndum o plebiscitos, sobre puntos o temas específicos que el Poder Ejecutivo considere conveniente. En contraposición a esto, las FF.AA. sostienen que la soberanía está radicada en la Nación y que, entre otras cosas, una forma auténtica de expresión de esa soberanía, es el voto popular (...)".
Bordaberry desapareció de la escena pública hasta noviembre 2006, cuando fue procesado con prisión y recluido en Cárcel Central por su responsabilidad en el asesinato de 2 legisladores (Zelmar Miechelini y Héctor Gutiérrez Ruíz) y dos "renunciantes" guerrilleros tupamaros (William Whitelaw y Rosario barredo) en la Argentina en 1976.
En noviembre de 2010 fue condenado a 30 años de prisión por lla llamada "megacausa": delitos de atentado contra la Constitución, 9 delitos de desaparición forzada y 2 homicidios especialmente agravados.
Bordaberry finalmente aceptó presidir el golpe de estado, Disolvió el Parlamento —al que sustituyó por un Consejo de Estado designado por el poder ejecutivo—, las organizaciones sociales, los partidos políticos y suprimió las libertades civiles.
Los militares comenzaron entonces a ocupar cargos de responsabilidad en el gobierno en lo que se denominó el "proceso cívico militar".
Cuando todo se encaminaba a un largo período de dictadura, Bordaberry redobló la apuesta. Aesorado por Álvaro Pacheco Seré, un influyente colaborador, propuso a los militares imponer un nuevo sistema constitucional d corte falangista, eliminando definitivamente los partidos políticos. Se crearían organismos cuyos miembros serían elegidos por un Consejo de Estado no electivo.
Los militares consideraron que la propuesta de eliminar los partidos políticos era muy arriesgada por lo que, el 12 de junio la Junta de Generales decidió destituir a Bordaberry y designar para reemplazarlo a Alberto Demicheli, quien entonces ocupaba la presidencia del Consejo de Estado.
El 16 de junio las Fuerzas Armadas dieron a conocer sus "discrepancias" con el "radical" Bordaberry mediante un comunicado:
"(...) Esas discrepancias se materializan:
En que el presidente de la República no acepta el futuro funcionamiento de los partidos políticos tradicionales. Entiende que éstos no tienen cabida en el Uruguay del futuro. Propone en substitución de la vigencia de ellos, la promoción y desarrollo de corrientes de opinión que en definitiva vendrían a ocupar el vacío dejado por aquéllos.
En cambio, las FF. AA. no quieren compartir el compromiso, la responsabilidad histórica, de suprimir los Partidos Políticos Tradicionales.
El Presidente de la República no acepta el pronunciamiento popular a través del voto, porque considera que esa práctica en las democracias actuales es algo superado, argumentando que el voto solamente se debe requerir a los ciudadanos a través del referéndum o plebiscitos, sobre puntos o temas específicos que el Poder Ejecutivo considere conveniente. En contraposición a esto, las FF.AA. sostienen que la soberanía está radicada en la Nación y que, entre otras cosas, una forma auténtica de expresión de esa soberanía, es el voto popular (...)".
Bordaberry desapareció de la escena pública hasta noviembre 2006, cuando fue procesado con prisión y recluido en Cárcel Central por su responsabilidad en el asesinato de 2 legisladores (Zelmar Miechelini y Héctor Gutiérrez Ruíz) y dos "renunciantes" guerrilleros tupamaros (William Whitelaw y Rosario barredo) en la Argentina en 1976.
En noviembre de 2010 fue condenado a 30 años de prisión por lla llamada "megacausa": delitos de atentado contra la Constitución, 9 delitos de desaparición forzada y 2 homicidios especialmente agravados.
Fuente: Subrayado
A los 83 años de edad murió en la madrugada del domingo, Juan María Bordaberry, ex dictador uruguayo y padre del actual senador del Partido Colorado.
Como producto de una enfermedad que lo aquejaba desde hace algún tiempo, el ex dictador uruguayo falleció en la madrugada del domingo. Bordaberry vivía recluido en su casa, luego de ser sentenciado a prisión domiciliaria.
Fuente: Teledoce