13 de enero de 2011

Ideología de Izquierda, Que Es Eso!!!???

Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio

Más voces se alzan por un cambio en el FA

Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.

A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
"El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.
El líder de Asamblea Uruguay se animó incluso a proponer reducir la representatividad de las bases en el organismo de decisión del Frente Amplio "(porque) me parece que debería ser mucho mayor para los sectores político partidarios y mucho menor para las llamadas bases, que en definitiva terminan siendo en los hechos representantes de los sectores. Ya no es importante la presencia de bases realmente independientes y no sectorizadas, como en un tiempo lo fueron. Esa realidad cambió".
El presidente Jorge Brovetto hizo también llamados a cambios orgánicos. "Necesitamos cambios que nos lleven a comprender que las mayorías tienen que respetarse dentro de la fuerza política y que no se pueden exigir ciertos porcentajes para tomar algunas decisiones", sostuvo en reportaje a LA REPUBLICA.
Recuerda que cuando nació el Frente Amplio en 1971 se decía que uno de los temas centrales era la participación, "que se transformó en sinónimo de comités de base. Hoy la participación no es exclusivamente en los comités de base. Todo esto tiene que ser considerado", dijo, para sentenciar que se necesita un Frente Amplio "renovado (porque) hemos visto la necesidad absolutamente imperiosa de transformarnos".
Pero hasta ayer todo giraba en modificar la estructura interna del Frente Amplio y poco más. Nadie mencionó nada sobre cambios ideológicos. Hasta que apareció Tabaré Vázquez.
No todo es renovación
En entrevista concedida al semanario "Búsqueda", Vázquez sostuvo que el Frente Amplio debería procesar una "actualización ideológica" en los próximos años ya que dentro de la coalición subsisten ideologías políticas que "ya fueron", aludiendo explícitamente a la del Partido Comunista, "que es muy definida y honesta", evaluó, pero que "la realidad nos obliga a discutir si esa concepción se adapta a la realidad de nuestros días".
A pocas horas de que las sugerencias de Vázquez vieran la luz, apareció quien pusiera reparos a esas propuestas.
"Yo no lo pienso de ese modo", dijo a LA REPUBLICA la senadora Lucía Topolansky sobre los dichos del ex presidente. "Entiendo ­agregó­ que la herramienta política necesita algunos ajustes pero no pienso en absoluto en reformulaciones ideológicas".
Para la legisladora "está bien que todos tengan dentro del Frente Amplio su paquete de ideas (pero) no juzgo las internas de otros sectores como así tampoco quiero que se metan en la mía", pidió.
Topolansky destacó "creer aún en el socialismo" y "creer también en que habría que reformularlo porque desde el derrumbe del proyecto de la Unión Soviética y de los países del Este europeo, la izquierda comenzó a hacerse preguntas. Yo he leído últimamente los documentos del Partido Comunista cubano y también me hago preguntas pero ­aclaró­ no pienso en reformulaciones ideológicas".

Fuente: La República 


Fuente: El Espectador

Mientrás las Luchas Ideologícas Siguén, el Gobierno entra en Crisís.



Leer Más: El País Digital

Cada Vez Más Parecido a la "Ideología" de la Derecha, Ingresar Funcionarios Públicos.


Entre los vínculos con calidad de funcionarios públicos, el 62,3% son presupuestados, el 30,6% contratados permanentes, el 5,6% zafrales o eventuales y el 1,5% restante tiene otro tipo de relación laboral con el Estado. Este 1,5% se compone principalmente por 3.306 contratos en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). También incluye a reservistas de las Fuerzas Armadas (262), y cargos de alta especialización, alta prioridad, jornaleros y excedentarios.
Los contratos que no adquieren la calidad de funcionarios públicos se distribuyen de la siguiente manera: 18,6% becarios, 11% pasantes, 2,8% arrendamientos de obra, 10% arrendamientos de servicios, 34,6% contratos a término y 23% con otros tipos de vínculos laborales (cachet, contratos por horas, artistas del Sodre, eventuales del Instituto Nacional de Estadística, practicantes de medicina de ASSE, etc.).
Variación. En el caso de los vínculos que tienen la calidad de funcionarios públicos, se da un aumento del 3,4% (8.333 más) con respecto a diciembre de 2009, y entre los vínculos que no adquieren la calidad de funcionarios se observa, por el contrario, una disminución de un 14,7% (2.464 menos), dice el informe de la ONSC.
Al salto positivo contribuyen fundamentalmente la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) con 7.277 funcionarios más, y ASSE con otros 2.434 más, explica el informe.
En el caso de ASSE, personal de la salud que era contratado a través de las comisiones de apoyo, fueron regularizados.
En el caso de la ANEP, el notorio incremento en el primer semestre de 2010 responde a la inclusión por parte del Consejo de Educación Primaria de 6.520 zafrales o eventuales, y otros 1.938 presupuestados más en el Consejo de Educación Secundaria.
El informe de la ONSC hace notar que si se excluye a la ANEP y ASSE, se observa una disminución de los vínculos laborales de los funcionarios públicos del 0,78% con respecto a diciembre de 2009.
En lo que refiere al total de vínculos que no poseen la calidad de funcionarios públicos, con respecto a diciembre de 2009, los becarios son 77 más (3%), pasantes 282 más (21,7%), arrendamientos de obra 41 menos (-9,3%), arrendamientos de servicios 182 más (14,5%), contratos a término 1.084 más (27,9%) y otros no funcionarios 4.048 menos (-55,1%).
Si se considera el total de vínculos laborales con el Estado (270.826, que es la suma de los considerados funcionarios públicos más los que no tienen esta calidad), ha habido un aumento de 2,2% con respecto a diciembre de 2009.

BHU llamará a concurso por 18 cargos

El Banco Hipotecario (BHU) llamará a concurso abierto a jóvenes de entre 20 y 30 años para completar 18 cargos administrativos el año próximo, dijeron a El País fuentes de la institución.
Las bases del concurso serán publicadas en la página web del propio banco (www.bhu.gub.uy) y de la Oficina Nacional de Servicio Civil (www.onsc.gub.uy) "a partir del último domingo de enero", señalaron los informantes.
"La inscripción será vía web y habrá plazo hasta el 20 de febrero", agregaron.
Las fuentes indicaron que no habrá inscripciones en el banco por lo que "los jóvenes que se vayan de vacaciones" en la fecha de la inscripción "podrán completarla desde un ciber (café) sin problemas".
El grado más bajo de administrativo en el BHU -que es donde ingresarán los 18 que finalmente resulten elegidos- percibe un salario de $ 18.317.
A eso deben sumarse compensaciones que paga el banco como por ejemplo $ 101 por año de antigüedad reconocido, $ 495 por hogar constituido, primas por matrimonio y por hijo de $ 2.410 cada una.
Si bien las fuentes no tienen un estimativo de cuantas persones se pueden llegar a registrar en la web para concursar, hay antecedentes de hace algunos año de miles de inscriptos en convocatorias para auxiliares de lavandería en el Banco de Seguros o para administrativos en el Banco República.

Menos policías y militares

Entre los funcionarios públicos, el escalafón H (docentes de la ANEP) es el que concentra más vínculos laborales: 54.407, registrando un aumento de 14,7% con respecto a diciembre de 2009. El escalafón C (administrativo) es el segundo más numeroso: 35.958, aumenta 0,5%. Le siguen los escalafones K (militar) con 29.383, disminuye 1,9%; L (policial), con 27.733, baja 1,4%; y el E (oficios) con 27.104, que aumenta 0,4%.
De los 256.490 vínculos laborales que tienen la calidad de funcionarios públicos al 30 de junio de 2010, el 32,4% se encuentra en organismos del área de la Educación, Cultura y Deportes, siendo el grupo más numeroso. Le siguen el grupo de gobiernos departamentales (14,9%), defensa (12%) y seguridad (10,8%).
El total de vínculos laborales con el Estado se distribuye en las distintas áreas de trabajo de forma similar a los vínculos con calidad de funcionarios públicos, debido al mayor peso de estos con respecto a los vínculos que no tienen dicha calidad. El grupo con mayor incremento es Educación, Cultura y Deporte, tanto a nivel absoluto (6.358 más) como en relación a su tamaño (7%). Además se registra un crecimiento del 3,7% en Vivienda y Ordenamiento Territorial (218 más). Los grupos temáticos donde se dan las disminuciones más importantes son Defensa (578 menos) y Seguridad (282) menos, aunque en ambos casos esto representa menos del 2% de los vínculos que había.

Fuente: El País Digital



13 comentarios:

  1. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puest la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  2. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  3. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  4. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
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  5. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  6. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  7. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  8. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  9. Tabaré Vázquez. El ex presidente promueve una "reformulación ideológica" dentro del Frente Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Frente Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación ideológica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura orgánica de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso en negro sobre blanco. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Frente Amplio ninguno de los sectores, partidos y corrientes que lo integran duda de la necesidad de convertirlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la orgánica y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura partidaria que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la interna de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un partido que en 2011 cumplirá 40 años de vida, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un gatopardismo.
    Los resultados recogidos por la izquierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus narices y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse voces de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un cambio casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro traspié: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del socialista Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del apoyo de "las bases" a Ana Olivera y allí se asomó, aunque tímidamente, la necesidad de reformular el mecanismo de designación de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja votación cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Frente Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los temores locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas.
    Hace nada más que siete meses que en el Frente Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las conversaciones que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los sectores que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una reformulación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que planteó un programa de reestructura interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos ideológicos aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el Espacio 609, propuso que se reconformara la interna frentista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes ideológicas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", sostuvo.

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  10. Tabaré Vázquez. El ex presidente puto de mierda "reformulación pornográfica" dentro del Fraude Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Fraude Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación pornográfica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura de mierda de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso al negro en cuatro patas. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Fraude Amplio ninguno de los sectores, putos y cogidos que lo integran duda de la necesidad de cogerlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la delincuencia y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura ganancial que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la estafa de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un puto partido que en 2011 cumplirá 40 años de desgracia, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un delito.
    Los resultados recogidos por esta mierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus pelotas y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse pedos, de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un fraude casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro afane: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del homosexual Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del macho, y de "las bases" a Ana Olivera, una lesbiana aunque tímidamente, la necesidad de encamarse en el burdel de Pando de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja cagada cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Fraude Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los cagones locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas, y exitoso.
    Hace nada más que siete meses que en el Fraude Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica, y la pelotudez.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las orgías que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los putos que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una masturbación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que se pajeó un programa de pornografía interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos degenerados aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el relajo 609, propuso que se reconformara la interna fraudista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes pornográficas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría emputecida.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los soretes que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", cagó.

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  11. Tabaré Vázquez. El ex presidente puto de mierda "reformulación pornográfica" dentro del Fraude Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Fraude Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación pornográfica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura de mierda de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso al negro en cuatro patas. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Fraude Amplio ninguno de los sectores, putos y cogidos que lo integran duda de la necesidad de cogerlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la delincuencia y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura ganancial que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la estafa de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un puto partido que en 2011 cumplirá 40 años de desgracia, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un delito.
    Los resultados recogidos por esta mierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus pelotas y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse pedos, de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un fraude casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro afane: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del homosexual Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del macho, y de "las bases" a Ana Olivera, una lesbiana aunque tímidamente, la necesidad de encamarse en el burdel de Pando de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja cagada cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Fraude Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los cagones locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas, y exitoso.
    Hace nada más que siete meses que en el Fraude Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica, y la pelotudez.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las orgías que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los putos que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una masturbación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que se pajeó un programa de pornografía interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos degenerados aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el relajo 609, propuso que se reconformara la interna fraudista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes pornográficas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría emputecida.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los soretes que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", cagó.

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  12. Tabaré Vázquez. El ex presidente puto de mierda "reformulación pornográfica" dentro del Fraude Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Fraude Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación pornográfica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura de mierda de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso al negro en cuatro patas. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Fraude Amplio ninguno de los sectores, putos y cogidos que lo integran duda de la necesidad de cogerlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la delincuencia y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura ganancial que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la estafa de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un puto partido que en 2011 cumplirá 40 años de desgracia, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un delito.
    Los resultados recogidos por esta mierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus pelotas y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse pedos, de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un fraude casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro afane: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del homosexual Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del macho, y de "las bases" a Ana Olivera, una lesbiana aunque tímidamente, la necesidad de encamarse en el burdel de Pando de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja cagada cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Fraude Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los cagones locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas, y exitoso.
    Hace nada más que siete meses que en el Fraude Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica, y la pelotudez.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las orgías que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los putos que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una masturbación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que se pajeó un programa de pornografía interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos degenerados aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el relajo 609, propuso que se reconformara la interna fraudista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes pornográficas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría emputecida.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los soretes que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", cagó.

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  13. Tabaré Vázquez. El ex presidente puto de mierda "reformulación pornográfica" dentro del Fraude Amplio
    Más voces se alzan por un cambio en el FA
    Hasta ahora, en el Fraude Amplio nadie había puesto la mira en la necesidad de una "reformulación pornográfica" sino que todas las propuestas giraban en torno a la estructura de mierda de la izquierda. Sin embargo, cuando llegó Tabaré Vázquez lo puso al negro en cuatro patas. Algunos no están de acuerdo.
    A la hora de hablar de cambios en el Fraude Amplio ninguno de los sectores, putos y cogidos que lo integran duda de la necesidad de cogerlos, más temprano que tarde, en una realidad. Aquellos que se identifican por fuera de la delincuencia y se conocen como "redes frenteamplistas" reclaman también una reestructura ganancial que incluso está implícita por la forma en que ellos han irrumpido e incidido en la estafa de la izquierda y nada más ni nada menos que en momentos candentes como en la última campaña electoral.
    El punto es saber hasta dónde, cómo y qué cambiar en la estructura de un puto partido que en 2011 cumplirá 40 años de desgracia, de los cuales 13 estuvo proscrito, para que esto no quede solo en un delito.
    Los resultados recogidos por esta mierda en las pasadas elecciones municipales fueron como un estallido frente a sus pelotas y el inicio de todo. A partir de ese momento comenzaron a sucederse pedos, de los más encumbrados dirigentes que hablaban de la necesidad de un fraude casi imprescindible en la orgánica frentista. Y no mucho antes había ocurrido otro afane: el proceso interno de designación del candidato del Frente Amplio para Montevideo. La figura del homosexual Daniel Martínez y su aspiración a ser intendente capitalino quedaba a la vera del camino superada por la irrupción del macho, y de "las bases" a Ana Olivera, una lesbiana aunque tímidamente, la necesidad de encamarse en el burdel de Pando de candidatos y la representatividad de los sectores en las decisiones internas. Pero fue por la pérdida de varias intendencias del Interior y la baja cagada cosechada en la capital que se encendieron cientos de luces parpadeantes en el tablero político del Fraude Amplio. Lo que ocurría en la región, incluso, no ayudaba a mitigar los cagones locales. Chile dejaba atrás la experiencia socialista de gobierno y le daba una carta de crédito a un gobierno ubicado en sus antípodas, y exitoso.
    Hace nada más que siete meses que en el Fraude Amplio suenan reclamos de cambios y de procesos de autocrítica que hasta ahora no se han concretado, todo ha quedado en retórica, y la pelotudez.
    Las últimas instancias partidarias, como el Plenario Nacional, no ayudaron a avanzar en ese sentido y el resultado de las orgías que emprendió el presidente Jorge Brovetto con todos los putos que integran la coalición tampoco aportó materia prima para una masturbación que no termina de empezar.
    El senador Enrique Rubio fue uno de los primeros que se pajeó un programa de pornografía interna más o menos claro. El dirigente de la Vertiente Artiguista, inspirado por la conformación de grandes grupos degenerados aunque alguno con fines electorales como el Frente Líber Seregni o el relajo 609, propuso que se reconformara la interna fraudista en "tres o cuatro grandes espacios" políticos con sectores y partidos afines, reduciéndose a cero las voces de corrientes pornográficas que en algún momento crítico pudieran llegar a ser disonantes con las de la mayoría emputecida.
    El vicepresidente Danilo Astori es otro de los soretes que han hablado de un cambio orgánico en la izquierda.
    "El FA está exhibiendo una necesidad de una renovación muy importante", cagó.

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