17 de octubre de 2011

Nazis Ante la Justicia


Las esvásticas pintadas en Flores, Maldonado y Montevideo, los contactos en el Facebook del Foro Libertad y Concordia, la aparición de nuevas páginas nazis en internet y el surgimiento de grupos con definición ultraderechista se incluirían en la denuncia de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia ante la Justicia Penal. El Juzgado de 5º Turno comenzó la instrucción de un caso que puede derivar en condenas con prisión.

TEXTO: ROGER RODRÍGUEZ
rogerrodriguez@adinet.com.uy

Una investigación sobre las actividades de grupos nazis en Uruguay se viene instruyendo en el Juzgado Penal de 5° Turno, a cargo del juez José Gómez Ferreyra y la fiscal de 12º Turno, Raquel González, quienes analizan una denuncia presentada por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII), en la que aparecerían comprometidos grupos que realizaron pintadas en varias ciudades y escribieron expresiones discriminatorias en internet.
El voluminoso informe de inteligencia policial se sustanció luego de una larga investigación que se inició ante la aparición de esvásticas en las ciudades de San Carlos, Trinidad y Montevideo y tras la verificación de la existencia de nuevas páginas de grupos pro nazis en foros de Facebook, blogs y páginas web. Uno de ellas está vinculada al llamado Foro de Libertad y Concordia que defiende a los militares presos por violaciones a los derechos humanos en la dictadura.
La presencia de 'nicks' nazis en un Facebook de apoyo al grupo creado por militares retirados fue denunciada en febrero último por Caras y Caretas, que confirmó la existencia de contactos entre el grupo de militares retirados y su entorno con organizaciones definidas como de ultraderecha, fascistas, anticomunistas y nazis en Latinoamérica, España e Italia.
Como reacción ante esta denuncia de prensa, un miembro del Foro Libertad y Concordia, el teniente coronel (r) Héctor Varela González, publicó en internet los datos personales y la dirección del periodista de Caras y Caretas que escribió el artículo; esta información fue complementada con un plano de la ubicación del domicilio de este periodista, que publicó el soldado Javier Bussi. La Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) denunció la situación al Ministerio del Interior.
El ministro Eduardo Bonomi derivó el caso al Director Nacional de Policía, Julio Guarteche, quien encargó una investigación al Director Nacional de Información e Inteligencia (DNII), inspector José E. Colman, que ya venía tratando el tema nazi debido a las pintadas aparecidas en Maldonado y Flores. Varela González y Bussi proceden, precisamente, de esos departamentos.

Los nazis de ayer

A lo largo de la historia se ha constatado en Uruguay la presencia de nazis, que en los años sesenta incluso constituyeron grupos de acción como los que marcaron con esvásticas a la estudiante Soledad Barret (1962), y en los setenta crearon organizaciones de ultraderecha como la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), que realizó decenas de atentados y asesinó al estudiante Santiago Rodríguez Muela.
Luego de la dictadura, aparecieron otros grupos pro nazis, como la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN) y el Movimiento de Reafirmación Nacionalista (MRN), que fueron responsables de varios atentados a fines de los ochenta y estaban en directa relación con agrupaciones ultraderechistas integradas por represores de la dictadura militar, quienes en las salas de tortura ostentaban retratos de Hitler y banderas nazis.
En los años noventa surgieron nuevas organizaciones de orientación nacionalsocialista que fueron denunciadas por el grupo TholeranciaSí, que reveló la conexión del abogado Bernardo del Campo con el Consejo Supremo de la Unión Mundial Nazi (WUNS) y las actividades de El Clan, Escuadrón 88, Orgullo Skinhead y Frente Nacional Revolucionario del Uruguay (FNRU).
Los líderes de Orgullo Skinhead, Sebastián Pérez de los Reyes, y del FNRU, Edgardo Cantero, fueron procesados con prisión por violar el artículo 149 del Código Penal, luego de sendas investigaciones de la DNII.
En los últimos diez años, la presencia nazi se ha visualizado en pintadas de símbolos arios y esvásticas, particularmente en los meses de abril y setiembre. En 2005, tres jóvenes fueron procesados por agredir a un músico: Mathías Cañibe, Marcos Lavraga y Richard Ottonelli. Cañibe integraban la Juventud por el Resurgir Nacionalistas (JRN), que fue expulsada del Partido Nacional.
A partir de entonces, los grupos nazis y fascistas se habían mantenido casi en un régimen de clandestinidad. Armaron páginas web y blogs que fueron denunciados y levantados de internet, y realizaron algunas pintadas con simbología celta, particularmente en los departamentos de Flores y Maldonado, donde sus actividades venían siendo vigiladas por la DNII.

Los nazis de hoy

En febrero de 2011 hizo su aparición pública el Foro Libertad y Concordia, encabezado por un grupo de militares retirados que podían ser citados por la Justicia por su participación en los delitos de la dictadura, quienes iniciaron una “ofensiva psicopolítica” en defensa propia y de sus camaradas presos en la cárcel de Domingo Arena por violaciones a los derechos humanos.
El grupo, encabezado por los coroneles Juan Carlos Araújo, Juan Pérez, Elmar Castiglioni y Carlos Silva Valiente (de la Logia Tenientes de Artigas), intentó organizar las promociones de oficiales en diez secciones que incluían grupos de inteligencia y militar, con el objetivo de “formar opinión pública, psicosocial y política para alcanzar el objetivo, en principio por medios legales”.
Libertad y Concordia se constituyó con el auspicio de la Asociación de Promociones para Defensa de los Militares de Argentina que comanda el coronel Horacio Guglielmone y de la ultraderechista UnoAmérica, de origen venezolano, cuyo líder, Alejandro Peña Esclusa, se encuentra preso en Caracas por tenencia de explosivos durante las últimas elecciones legislativas de ese país.
Entre sus actividades de propaganda abrieron una cuenta en Facebook denominada Grupo de Apoyo al Foro Libertad y Concordia que, inicialmente armada por una familiar de militares, fue rápidamente dominada por 'nicks' y personas que se definieron como nazis. Esa cuenta fue cerrada, pero el grupo tiene hoy una página web bajo el lema “Por la pluma o por la espada”.
Caras y Caretas fue el medio que denunció los contactos de Facebook del Foro Libertad y Concordia, donde aparecían organizaciones anticomunistas latinoamericanas, anticubanas, ultraderechistas regionales, nacionalsocialistas italianas y las uruguayas Derecha Uruguaya, Asistencia Jurídica del Uruguay, Criadero Von Zucker Brot, Envozalta, Centro Social y Deportivo Santa Bernardina, Escuela Militar y Ex alumnos Liceo Militar, entre otras.
También adherían personajes de esas ideologías como Adám Ns Szabó, Alan Delgado Ns, Alejandro Rodríguez, Antony Machado, César Trindade, Chairul D’Nazi, Elbhio Ghierra, Edorama Ns, Enzo Santellán, Erwin Rommel, Esteban Méndez Capurro, Isabel Silva, Javier Bussi, Jorge Guidobono, Jorge López, Juliana de Sarro, Kaiser Guillermo Segundo, Manuel Ayres, Matías Tate, Mike Sánchez, Sebastian Sebastian Pablo y Voces Delespacio, entre otros.

Los nazis de mañana

Las autoridades policiales se muestran hoy preocupadas por la reaparición de grupos nazis, cuya existencia se evidencia en nuevas páginas web como la denominada Milucha.org, de explícito perfil nacionalsocialista, y de otras cuentas en Facebook como la de la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), que reivindica la actuación de esa organización estudiantil ultraderechista de los años setenta.
Milucha.org se presenta con una grabación de Adolfo Hitler y el eslogan “Recuerda el pasado para ir hacia el futuro” y tiene un link dedicado a Uruguay, donde realizan comentarios una decena de usuarios. La página de la JUP se inició desde Montevideo (“Nació el 11 de febrero de 1970”, recuerda), pero en su perfil aparece actualmente como elaborada desde Chile.
También se estudia la actividad de otros grupos definidos como derechistas, como Derecha Social y Casa Identitaria, que el pasado 24 de setiembre bajo el lema “Un sueño, una meta, un logro” (rítmicamente similar al eslogan hitleriano “Un pueblo, una nación, un líder”) inauguró un local en la calle Aconcagua 5277, en el barrio Malvín, con oratoria de Alberto Buela, filósofo argentino denunciado por nazi.
El grupo Derecha Social fue creado en 2009 y se define en contra de la “hegemonía cultural de izquierda”. Aparece liderado por Nicolás Quintana y está integrado por los grupos Formaciones, Asociación de Rescate e Integración Social Ejecutora (Arise), Alternativa 21, grupo campestre El Armadillo y la organización ambientalista Hacer Verde.
Otro de sus dirigentes es Germán Sainz, coautor con Diego Díaz del libro Reflexiones desde la derecha, en el que se sustenta la ideología de la organización. Quintana y Sainz –como el soldado Javier Bussi y el skinhead Matías Cañibe– fueron integrantes de la Juventud por el Resurgir Nacionalista (JRN), el grupo expulsado del Partido Nacional por razones ideológicas.
El juez Gómez Ferreyra y la fiscal González iniciaron hace dos semanas la instrucción derivada del informe de inteligencia policial, en la que ya fue llamado a declarar el periodista de Caras y Caretas, y por la cual comenzarían a ser citados los indagados ante un eventual delito de discriminación que puede ser penalizado con prisión.

ES DELITO

El 19 de noviembre de 1942, durante el llamado “golpe bueno”, el presidente Alfredo Baldomir impuso el Decreto Ley N° 10.279 en el que se incluyó un artículo, el número seis, que en su inciso “j” advertía: “El que promueve, constituye, organiza o dirige asociaciones, entes, instituciones o secciones tendientes a provocar o imponer la lucha o el odio de razas será castigado con pena de diez meses de prisión a cinco años de penitenciaría”.
El 16 de junio de 1989, durante la presidencia de Julio María Sanguinetti, se aprobó la Ley N° 16.048 por la que se modificaba el Código Penal, al incluir el artículo “149 bis” (Incitación al odio, desprecio o violencia hacia determinadas personas), que establecía: “El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión u origen nacional o étnico, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión”.
Y en el artículo “149 ter”: “En el caso del último apartado del artículo anterior, la pena será: 1º. de tres a seis años de prisión o reclusión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas; 2º. de cinco a diez años de prisión o reclusión en lo siguientes casos: a) si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos; b) si las amenazas tuvieren como propósito el de compeler a una persona a hacer abandono del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo.”
El 18 de agosto de 2004, bajo la presidencia interina de Alejandro Atchugarry, se aprobó, como Ley N° 17.817, una propuesta del diputado Nahum Bergstein por la que se declaró de interés nacional la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, y se creó la Comisión Honoraria contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, con el propósito de vigilar el cumplimiento de las leyes en la materia.

PUBLICADO EN CARAS&CARETAS EL VIERNES 14 DE OCTUBRE DE 2011.

Los Graduados Nazis. 


Hay por lo menos dos innovaciones en las guerras modernas: una es el ataque preventivo; la otra es la condena de un grupo o de un individuo por lo que hubiesen podido hacer. En el caso latinoamericano, podemos ver cómo muchas guerrillas intentaron quebrar las constituciones de sus países y para evitar que lograran hacerlo, los militares la violaron de hecho. Con un agregado: no fueron una simple reacción a la violencia del momento sino el resultado tradicional de una violencia institucionalizada por décadas en sociedades claramente autoritarias y opresoras, continuación de los abusos de clase y de raza que procedía de la colonia y se prolongó sin quiebres en las republicas de papel, estados semi feudales legitimados por maravillosas leyes y constituciones que sólo los desheredados y la clase media respetaban.
Siglos de cultura feudal no cambian con ningún gobierno ni con ningún maquillaje ideológico. Lo demuestran los personalismos que plagan izquierda y derecha casi por igual.
Los arqueólogos de las mentalidades todavía hoy pueden rastrear algunos fósiles. Un ejemplo anecdótico, aunque no único, es el caso del Tte. Cnel. José Gavazzo y otros militares de la última dictadura en Uruguay. Recientemente el militar retirado publicó un largo relato donde acusa a los comunistas por lo que pudieron hacer o por lo que hicieron sus pares en la Unión Soviética. Lo cual es una forma obvia de justificar los crímenes propios con los ajenos. Algo similar sería sentenciar a Gavazzo, Videla o Pinochet, por los crímenes cometidos por el franquismo. Aunque sus motivaciones y prácticas son igualmente fascistas y reaccionarias, no se puede juzgar a unos por lo que hicieron otros.
A juzgar por sus escritos que el Tte. Cnel. Gavazzo acaba de publicar en el día de hoy, ni siquiera entiende la historia que él mismo formó parte, más como tétrico y patético títere (que a su vez movía los piolines de otros subtíteres), que como protagonista consciente de las causas y acciones que lo motivaban. Sí, conozco la respuesta: "yo sé lo que digo porque lo viví". El argumento senil también sirve para darle el mismo crédito intelectual a los tupamaros, sus enemigos a muerte por entonces, que también vivieron el mismo tiempo aunque suelen recordar una realidad algo diferente y en casos incompatible. O habría que aceptar que Cristóbal Colon tenía razón cuando afirmaba que había llegado al Asia cruzando el Atlántico, ya que fue él quien lo hizo y no nosotros.
En 2007, una carta abierta de los familiares de militares presos por violación a los derechos humanos le pedía al entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, que interfiriera en los asuntos judiciales del Uruguay para liberar a quienes lucharon contra la influencia extranjera. Como semejante contradicción no tuvo el efecto esperado, ahora el Tte. Cnel. Gavazzo mitiga sus días publicando un sitio que se llama "En voz alta", donde publica las grabaciones intrascendentes de conversaciones telefónicas en los años setenta, con más nostalgia que inteligencia, y firma sus redacciones como "prisionero político" (de un régimen democrático y de derecho al que, curiosamente, llama "régimen"). El cambio de "preso" por "prisionero" no lo dignifica pero le da un toque militar al asunto, e injustamente significa lo mismo que durante la dictadura significaba "preso político".
Ahora, si algo no tienen los presos políticos es voz. De hecho, se los encarcela para silenciarlos, no para victimizarlos. Eso debería saberlo el teniente coronel, alguien que vivió los tiempos que ahora intenta comprender con más lecturas y con menos recursos intelectuales. Cuando él y sus secuaces secuestraron un país en nombre de su salvación, no se podía hablar ni en voz baja. Esta prohibición no estaba limitada a los presos políticos sino a todo aquel ciudadano que no pensara como ellos. Yo mismo, siendo un niño de siete años, debí pasar horas mirando la pared de la escuela, en castigo por hacer demasiadas preguntas a la maestra. Bastaba con ser sospechoso de pensamiento para ir a la cárcel, perder el empleo o ser directamente torturado de una forma más física. El resto gozaba de libertad de expresión, lo que demuestra que el régimen no era tan terrible.
Aunque el coronel mantiene todas las garantías constitucionales e internacionales y puede publicar cuanto le dicta su brillante intelecto, y algún otros militares retirados salen en la televisión tratando de explicarnos, con tono grave y académico, quién fue un horrible y perverso "italiano llamado Gramsci", difícilmente pueda recibir el honor de ser considerado un preso político. Lo cual es una paradoja, ya que es como tratar de reclamar el título que alguna vez tuvieron sus victimas (con excepción de los secuestrados, torturados y desaparecidos).
En casi todos sus capítulos (vamos llamarlos así) el Tte. Cnel. habla del "terrorismo de Estado" de la Unión Soviética, citando a Stalin y otros clásicos. Aquí, en Estados Unidos, he tenido muy buenos alumnos cuyos abuelos fueron famosos camaradas de Stalin y reconocidos criminales. De ser por el Tte. Cnel. Gavazzo deberían estar presos o en observación. Por alguna razón, el Retirado no alcanza a percibir que aquellos matones de Stalin fueron lo más parecido a su horda de militares que asolaron America Latina. Los diferenciaba la mano con la que cometían sus atropellos a los Derechos Humanos (la escala de la barbarie también, en el caso de un país demográficamente minúsculo como Uruguay). Denunciando la barbarie ajena se daban el lujo de justificar las barbarie propia.
El señor Tte. Cnel. y sus secuaces no sólo aniquilaron seres humanos; también asesinaron la historia. No por su lucha contra el fascismo comunista (a la cual yo mismo me sumaría de haber vivido en la Unión Soviética) sino por su lucha contra la democracia y los derechos humanos.
Obviamente, no pretendo razonar con alguien que no se arrepiente de nada; se sienten orgullos de sus crímenes, razón por lo cual no entiendo por qué no aceptan la cárcel con orgullo de mártires en lugar de llorar como marranos al mejor estilo Augusto Pinochet cuando estuvo a punto de perder su libertad. Cuando vi llorar a este señor comprendí por qué los generales y dictadores siempre iban detrás de sus ejércitos. Como el Tte. Cnel. Gavazzo, estos valientes soldados de la patria sólo se enfrentaban a un prisionero cuando estaba amarrado y encapuchado (si me pide nombres, se los puedo dar; pero estoy seguro que su valentía no le dará para tanto).
Así, los ex dictadores se consuelan pensando que son víctimas del marxismo internacional y no de la justicia. Pero para que tengan en cuenta que no fueron los marxistas los únicos que los consideraron criminales peligrosos, recomiendo el análisis de un informe secreto de la CIA, aun sin traducir al español.
Según un documento desclasificado el 9 de julio de 2002 y en archivos de George Washington University, en 1976, en plena dictadura, Washington bloqueó el viaje de los militares uruguayos José Pons y el mayor José Nino Gavazo. ¿Por qué?
El documento fue firmado por Harry W. Shlauderman y dirigido a Mr. Habib, el 13 de diciembre de 1976, en los últimos días de la presidencia de Gerald Ford y con el conocimiento del reciente triunfo del demócrata Jimmy Carter, a un mes de asumir la presidencia de Estados Unidos.
El título es elocuente: "Uruguayan Threat Against Congressman Koch". En la segunda página, bajo el subtítulo de "secreto", el informe cita un telegrama de Siracusa, informando la decisión del gobierno uruguayo (por entonces presidido por el Dr. Aparicio Méndez pero controlado por las Fuerzas Armadas a través del Consejo de Estado) de asignar a José Pons y Nino Gavazzo, a quienes identifica como miembros del "Servicio de Inteligencia" (nombre paradójico, pero comprensible entre gente con la costumbre de colgarse medallas unos a otros).
De forma explícita, el documento refiere que "aparentemente Gavazzo es un tipo peligroso", por lo cual se recomendó que se informara al embajador en Montevideo que "esos dos caballeros [sic] no serían bienvenidos a Estados Unidos".
Aparentemente, una de las razones principales radicaba en que las autoridades norteamericanas consideraban un riesgo el hecho de que pudieran actuar como oficiales en suelo estadounidense, siendo dos personajes claramente identificados con la campaña antiterrorista llevada a cabo en Uruguay.
De forma explícita y reiterada, el informe señala que sólo la amenaza contra el legislador Koch es suficiente razón para bloquear la entrada de estos dos militares al país. Sin embargo se asigna al embajador la tarea no permitir entrar a estos militares sin dar más detalles. En realidad, el gobierno norteamericano presionó al uruguayo para que retirase a sus candidatos que pensaba enviar a Washington.
La razón se encontraba en una carta enviada al jefe del Departamento de Justicia de Estados Unidos y fechada en Octubre 9 de 1976, en la cual el congresista Edward I. Koch menciona que los servicios de inteligencia de Estados Unidos habían detectado la intención de los militares uruguayos de enviar alguien a Estados Unidos para atentar contra su vida. El motivo que había enfurecido a los oficiales uruguayos de entonces fue la acción del congresista de Nueva York para retirar la ayuda militar a Uruguay debido a "la represión contra su propio pueblo" y especialmente por los actos de terrorismo perpetuados en Argentina contra los refugiados uruguayos" y en consideración del reciente atentado terrorista en el DC contra el chileno Letelier.
Según consta en varios documentos de la época y otros más recientes, al principio la CIA tomó la amenaza de los militares uruguayos como la "amenaza de unos bocones borrachos". Sin embargo, luego del asesinato de Letelier las investigaciones y las amenazas tomaron otro tono.
Obviamente, habría mucho para discutir sobre el apoyo de algunos gobiernos de Estados Unidos a muchas dictaduras a lo largo y ancho de America latina. Pero el punto ahora es otro y creo que el Tte. Cnel. Gavazzo y sus conspiradores vocacionales sabrán comprenderlo. Aunque, claro, nunca hay que subestimar la brutalidad (física e intelectual) de seres graduados en las academias de la muerte.
De cualquier forma, recomiendo la publicación de alguno de los escritos del Tte. Cnel. Gavazzo. Son didácticos desde muchos puntos de vista.

Fuente: La República

DDHH: Denuncias Masivas.
En Montevideo e Interior.

Activistas contra la impunidad de los crímenes de la dictadura presentaron ayer 128 denuncias por crímenes de lesa humanidad perpetrados en dicho período, en diferentes comisarías de Montevideo y el Interior. Empero, los activistas fueron impedidos de formular denuncias en San José.
La actividad fue organizada por un grupo de activistas contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos, e implicó la presentación de denuncias por los delitos del terrorismo de Estado en varias comisarías de Montevideo y el Interior. Las denuncias patrocinadas por víctimas, familiares de las víctimas o simples ciudadanos incluyeron casos de personas desaparecidas, asesinados políticos y presos, víctimas de torturas o privación ilegítima de la libertad, explicó Fabiana Larrobla a LA REPÚBLICA.
La convocatoria consistió en una "acción ciudadana masiva" para terminar con la impunidad e instalar la lógica de que la lucha por la Justicia trasciende el tema de los desaparecidos, porque "la tortura también es un crimen", dijo Larrobla. Una de las denuncias fue el homicidio del contador Fernando Miranda, cuyos restos fueron hallados en diciembre de 2005, tras permanecer más de 20 años desaparecido. "Es emblemático que la Justicia no actuó de oficio cuando se produjo el hallazgo.
La acción de denuncia masiva no pudo concretarse en San José, tras la orden expresa del juez Letrado de Libertad de 1er. Turno, Pablo Misa, de no recibirlas. El magistrado ordenó a los funcionarios no recepcionar las denuncias porque las mismas deberían ser presentadas ante la Sede. "La decisión significa un obstáculo indebido porque todo ciudadano tiene la posibilidad de denunciar un hecho ilícito", expresó Larrobla.

Fuente: La República

Las Denuncias a Represores Uruguayos Traspasa Fronteras.


"Presenté la denuncia que involucra a dos expresidentes, a dos ex embajadores, cinco ex cónsules y nueve agregados militares además de otro medio centenar de represores que trabajaron en Buenos Aires entre las décadas del 70 y 80", dijo Sergio López Burgos a la AFP a la salida de los tribunales.
Los dos ex mandatarios de facto son Gregorio Álvarez (1981-1985), detenido en su país, y el fallecido Juan María Bordaberry (1973-1976), aunque en Argentina las causas penales caen en caso de muerte del acusado.
"Tengo muchas expectativas con esta denuncia, porque acá en Argentina hay una legislación clara que considera los delitos de lesa humanidad imprescriptibles", dijo López Burgos, quien vive en Montevideo.
López Burgos pidió además que se revoque la prisión domiciliaria a Manuel Cordero, único detenido uruguayo en Argentina por el Plan Cóndor, y entregó al juzgado de Norberto Oyarbide un video de la TV de su país donde se lo ve saliendo de su casa.
Según el denunciante, la embajada de Uruguay en Argentina funcionó como sitio de coordinación de secuestros, en base a maniobras de inteligencia sobre ciudadanos que se presentaban para hacer trámites como la renovación de pasaportes.
López Burgos aportó cajas de documentación sobre 123 casos de uruguayos secuestrados en Argentina y luego trasladados a su país, muchos de los cuales están desaparecidos.
Se trata de testimonios y documentos encontrados en diferentes archivos oficiales de Uruguay "que demuestran que las órdenes para secuestrar uruguayos comenzaron en 1974", precisó López Burgos.
El denunciante estuvo detenido en Automotores Orletti, un centro clandestino de la dictadura argentina por donde pasaron víctimas del Plan Cóndor.
El juicio oral por la causa del Plan Cóndor aún no tiene fecha.
Desde la anulación en 2003 de las leyes de amnistía, en Argentina se reabrieron las causas por crímenes en la dictadura y se están llevando a cabo varios juicios simultáneos en todo el país.

Fuente: Portal 180

Lorier y Brovetto hablaron de los Derechos Humanos en acto comunista.

El tema de los Derechos Humanos estuvo presente en los discursos de Jorge Brovetto y Eduardo Lorier en los festejos de los 91 años del Partido Comunista.

Brovetto expresó la más firme determinación de que se hará cumplimiento cabal a todos los extremos de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dijo que los crímenes no quedarán impunes y que se tomarán todas las medidas necesarias.
Por su parte Lorier manifestó: No más impunidad en nuestro país, no más una ley que hiere de muerte al orden jurídico nacional y que hiere de muerte a nuestro espíritu y a lo que somos como país y como nación. Esa impunidad trae al Uruguay las peores consecuencias.

 
Fuente: Teledoce

No hay comentarios:

Publicar un comentario