EL ECONOMISTA Jose Antonio Rocca dudo de las cifras de extranjerización de la tierra en nuestro país por ser demasiado benévolas ya que otras cifras manejadas, hablan de niveles de extranjerización de hasta un 40%.
De todas formas, de ser cierto que el 25% de las tierras cultivables del país están en manos de extranjeros, es un hecho realmente grave, y denuncian un estado de situación muy complicado, donde son grandes empresas multinacionales las que optan por quedarse con el suelo y la producción.
Días atrás el semanario Búsqueda publico una nota en la que fuentes militares presentaron un informe en el que se “denunciaba”, el nivel de extranjerización de la tierra en nuestro país, y expresaban su preocupación en tanto el hecho ponía en cuestión la “soberanía nacional”.
La denuncia no es nueva, hace años que se viene realizando desde distintos sectores, es más, el propio Frente Amplio antes de asumir el 1er gobierno en 2005, había hecho suya la denuncia del ex Senador de la Republica, Carlos Julio Pereira del Partido Nacional, paradójicamente hoy el FA y el actual presidente de la república se han convertido en los mayores extranjerizadores de la tierra en nuestro país.
El Economista Jose Antonio Rocca fue consultado sobre las denuncias por Puesta al Día, informativo de CX36, “pienso que la cifra se quedan cortas. Hay también valoraciones que hablan hasta de un 40%, de tierra extranjerizada, pero aun suponiendo que fuera un 25% está marcando la entrega del patrimonio nacional.” Y comento que el peligro es mayor aun, “no por el hecho de ser extranjero solamente sino por el hecho de ser grandes compañías por lo general y grandes latifundios.
Es decir, si fuera la extranjerización que se dio de repente a fines del Siglo XIX cuando venían inmigrantes y formaban colonias que iban a afincarse en el país es un tipo de realidad. Ahora, como en el caso actual estamos hablando de repente de extensiones de tierras de grandes compañías eucalipteras por ejemplo que son dueñas de grandes extensiones del territorio nacional o de grandes compañías brasileñas vinculadas por ejemplo al arroz o grupos vinculados a las transnacionales de la soja como en el litoral, el tema es más grave, porque estamos entregando la soberanía nacional; porque las decisiones del país ya pasan no por nosotros los uruguayos sino que pasan por lo que en definitiva decidan estas grandes compañías”, subrayo el economista.
EL EJEMPLO DE MONTES DEL PLATA
Tan solo un ejemplo, confirma lo que afirma el economista.
La multinacional Montes del Plata, grupo conformado por una empresa suecofinladesa Stora Enso y la chilena Arauco posee en Uruguay 238.000 has de tierras propias y arrienda otras 16.000 has. según su página web con fecha de octubre de 2010.
Hoy el gobierno no puede poner un pequeñísimo impuesto a la tierra que no es más que un saludo a la bandera, porque los acuerdos que tiene con la empresa es que esta “pague”, por productividad y no por “extensión” de la tierra.
El tema es que de las 238 mil has. solo están forestadas 138 mil.
Nueva Carrara se Niega a ser Invadida por la Forestación.
Vecinos de Nueva Carrara, en el departamento de Maldonado, tienen gran preocupación por el avance de la forestación en su departamento y en especial en la zona en la que habitan.
Unas 200 personas viven en esta localidad, ubicada sobre el Camino de las Ánimas, entre los arroyos Coronilla y Pan de Azúcar, que con el marco del paisaje serrano adquiere una singular belleza.
Invitados por los vecinos visitamos el lugar. En una recorrida por el Camino los vecinos nos van indicando como cada vez más campos se han ido ocupando con plantaciones de eucaliptos, impidiendo en varios tramos del trayecto disfrutar de las bellezas escénicas de la zona y dando una sensación de encierro y barrera visual a quienes por allí transitan. Este Camino hasta ahora se ha definido como un circuito turístico del departamento. “Se perdió todo, arruinaron el paisaje” dice un vecino.
Según nos informan, la zona ha sido declarada de interés paisajístico y turístico por la Intendencia Departamental de Maldonado.
El riesgo de incendios
A la preocupación de ver que el pueblo comenzaría a verse invadido y rodeado por la forestación acompaña la angustia por las consecuencias de un posible incendio forestal. Sería fatal para la población.
Los dos campos que han sido preparados (realizado surcos y aplicado herbicidas) hasta ahora son de 20 y 27 hectáreas. Se puede decir que son superficies chicas comparadas con los grandes latifundios forestales del resto del país, pero respecto a la escala del poblado de Nueva Carrara, donde están ubicadas, pasan a ser dos manzanas gigantes cubiertas de eucaliptos insertas y rodeando el poblado.
Plantaciones viejas adaptadas a las necesidades del pueblo
En Nueva Carrara existían dos pequeños predios con forestaciones viejas y en estado de abandono con las que el pueblo fue creciendo y a pesar de no quererlas, buscaron la manera de adaptarse. De esa forma comenzaron a recolectar hongos entre los eucaliptos y a sacar leña para sus hogares.
“Si no queríamos estas plantaciones viejas, menos queremos las nuevas plantaciones de esta empresa, que además ocupan mucho más tierra” dice una vecina indignada con la corta de los viejos eucaliptos para plantar nuevas variedades aptas para la industria. “Cortaron y aplicaron herbicidas para matar los rebrotes en el campo que está junto a nuestras casas y lindero a la escuela N° 31. Además estos campos ahora son propiedad privada y ya no podemos siquiera entrar a sacar parte de la leña que queda para nuestras cocinas y estufas”.
Un partidito…entre los surcos
“Mirá, sacá una foto. Nadie te lo va a creer”. Hace unos años, el dueño de la cantera ubicada en las afueras del poblado cambió a los vecinos el predio que utilizaban para canchita de fútbol junto a las canteras por otro de su propiedad ubicado en el centro del pueblo, junto al camino. Durante años, la canchita fue el lugar que congregó a grandes y chicos, transformándose en el lugar de reunión y dispersión.
Para asombro de los vecinos, y por la vía de los hechos, se enteraron que ese predio había sido vendido a una empresa forestal. Luego de retirar los arcos de lo que hasta ahora era la canchita de fútbol y hacer los surcos en la tierra, la empresa volvió a colocar los arcos sobre los surcos.
Esto fue una cachetada para la población local que aun no se hacía a la idea de que ya no contarán con su cancha de fútbol y que a cambio de eso tendrán una masa forestal en medio del amanzanamiento, calle por medio a varias de sus viviendas.
“No pueden hacer esto, no tenían por qué volver a colocar los arcos”, dice una vecina con un sentimiento entre rabia y dolor.
Agua y forestación
Además de la forestación dentro de la planta urbana, también preocupa la forestación cercana a los cursos de agua. La naciente del arroyo ubicada a mitad de camino entre Minas y Pan de Azúcar, está forestada. “El arroyo a veces tiene tan solo un hilo de agua, y esto no es por las actuales sequías, antes, luego de la lluvia se desbordaba y ahora solo se ve un cauce apenas parecido a lo que era normal”, comenta un vecino. “Desde hace unos 3 años, tras el avance de la forestación, hay varios pozos secos”.
Un vasito de glifosato…
Los vecinos han hecho llegar su preocupación a todos los lugares que creen tienen responsabilidad o injerencia para hacer que algo de esto cambie. Tal es así que se comunicaron con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, con la Intendencia Departamental de Maldonado y el Municipio de Pan de Azúcar.
Autoridades del MGAP visitaron la zona y transmitieron tranquilidad a los vecinos diciendo que si se toman un vaso del herbicida (glifosato) en las dosis que fue aplicado no les haría nada. Tras una charla con los vecinos les dejaron un manual sobre como denunciar el mal uso de agrotóxicos.
El Arroyo Coronilla desemboca en el Arroyo Pan de Azúcar, y este último es afluente de la Laguna del Sauce, lugar donde está la toma de OSE de la ciudad de Maldonado. Esta cuenca está cada vez más ocupada por predios con forestación y soja, actividades que utilizan gran cantidad de agrotóxicos, parte de los cuales escurren hacia estos cursos de agua.
Incertidumbres, falta de información
“Sabemos que están forestando, a veces nos dan el nombre de la razón social, pero no sabemos a quién pertenece. Parece que la que va a plantar aquí en el pueblo es una empresa española”. Estos comentarios son muy comunes en distintos puntos de nuestro país. Las empresas, tras una S.A. o por medio de un testaferro compran los campos. Esto genera mucha inseguridad e inquietud entre una población rural o de un poblado pequeño, que de hecho conoce a todos sus vecinos y como éstos se mueven dentro de una cultura común.
“Una empresa contrata a otra para fumigar. Nos dijeron que la responsabilidad era de la empresa que fumiga, no del que la contrata. No hemos sabido a quien dirigirnos tras los episodios de aplicación de agrotóxicos” agrega otro vecino.
¿A qué aspira la población de Nueva Carrara?
En una reunión con representantes de la comisión vecinal pudimos ver que las principales preocupaciones son:
- el ser cercados por la forestación, actividad que creen no debería realizarse en los alrededores del pueblo ni de la escuela
- la aplicación de agrotóxicos en predios que están comprendidos en la planta urbana y en campos que por escorrentía se vinculan a los recursos hídricos que proveen de agua a otras ciudades y centros poblados
- la pérdida paisajística, componente fundamental en la cultura rural y en especial de un Circuito Turístico
Ante esto piden en carácter de urgente a las autoridades correspondientes que se haga valer las directrices zonales en cuanto a la clasificación y usos del suelo; que se estudien específicamente los impactos de la forestación en su poblado; y que se prohíba cualquier tipo de aplicación de agrotóxicos en predios comprendidos dentro de la planta urbana.
Además consideran que debe estudiarse el efecto de la aplicación de agrotóxicos en monocultivos forestales y sojeros sobre las cuencas hídricas que son la fuente de agua potable de poblados y ciudades; el impacto paisajístico de los monocultivos forestales en zonas serranas que tienen carácter panorámico y turístico.
Fuente: Grupo Guayubira
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